febrero 27, 2010

FB 630P Relaciones

Entre demás hombres, se esconde el solitario.
Ahora el caminar se torna tan morir que el suelo mismo te medita y se asombra.
Las paredes te rodean y conversan entre ellas, examinando tu pesar y sin llegar a surgir idea alguna.
Sólo la verdad está ahí. Y no más.
¿A quién o a quienes debe pertenecerle? ¿Quién o quienes desean pertenecer?
Sólo la verdad está ahí. Y nada más. No más.
El crucifijo mental, de lejanía ecuménica, reza y suplica flores. Es que hay tanto por hacer que las ganas brotan y se derraman por las puntas de los dedos y recorren el cuerpo maltrecho. Buscan entrar y jamás salir.
Como un día fue y ahora recién viene. Estoy hablando solo....Te extraño. Rayos...

¡Contesta! ¿Por qué siempre se va sin decir bondades? ¡Regresa! ¡Regresa! Regresa...
Todo eres ¿Y nada dices? Todo eres.


- Los demás se enterarán.
- No me importa. Pretendo ser feliz de nuevo.
- Ahora que no soy parte tuya, aún sigo hiriendo tu voluntad. Sigo controlando "Tu control".
- No quiero sangrar y llamar. Prefiero colgar.
- Uhm...
- ¿Ahora te muestras ante mí inmutable?
- (Risas) ¿Por qué lo dices?
- Ay...
- Ouooouuooo....Ouuuooouuuoooo....
-
- Ouooouuooo....Ouuuooouuuoooo....
- (Silencio)

¡Ven!
- De verdad, por favor...Ven...



01/15/06 14:19

febrero 25, 2010

Huancasio

Efímera.

La noche Agustina perpleja por la sonrisa afanada y tranquila del creador. Luego se entrelazó la telaraña, entre vidrios y cristales mal hablados...Se hizo la unión.
Por momentos me extrañaba a mí mismo y a mi profesión actual, pero la atención de la visita fue tremenda y así misma, casi total.
Luego los faroles mal olientes abundaban en la desembocadura de mi cabeza...a causa de las maltrechas situaciones que a veces se originaban.
Felizmente, ya pasó...

Ahora, el cuchicheo con sabor a alcohol me atomiza el humor. ¡Tiendo a critiquizar!

Pero... (Risas)...Huancasio... (Basta)...

Ahora tengo que mantener la calma. CALMA.




04/14/06 19:39

febrero 24, 2010

Los días a través de los años

En corto tiempo nos acostumbramos al dolor de nuestros cuerpos, de nuestros labios, de nuestro seno. ¡Oh, vaya besos los cuales nos dábamos! Eran interminables, dulces y armoniosos… ¡Eran unos manjares!…unos estoicos, inmunes a todo como una madre.
Jugábamos. Nos mirábamos y nos llamábamos a gritos silenciosos, ahogados en un juego de abultados roces, como en una acalorada mesa de póker.


Eras como una ninfa en piel de rosa. Tu rostro parecía dibujado hacia los placeres de las drogas, de esos que ya conoces, y que siempre nos tocan.


Nos estudiábamos y nos gustábamos. Encajamos en los mismos zapatos, teníamos las mismas piedras y sufríamos el mismo peso de nuestros dolores. De esos dolores que no sólo dañaban, si no que pesaban como ninguna otra daga impuesta en las espaldas de nuestras memorias. Era el sufrimiento eterno dado por nuestros gestores. El castigo a nuestra tierna aventura, que poco a poco se amoldaba a los temores.

Por el momento nadie ganaba, nadie perdía. Sólo el dolor se desvanecía.


El rubor, la incandescencia, la timidez y el encanto era nuestra eucaristía; con el rigor de otras parecidas, pero sin cadenas ni costosas homilías.
No sé tú, pero yo nunca antes había gozado de tan afinados besos. En la técnica, sobrepasaba toda carne, y toda madre. Y tú lo sabes. Sin lugar a dudas y a ciencia cierta, nos ilusionamos con esos besos sumos y con las caricias de nuestra adultez.

La estadía comenzó tardía, quizá después de años, o quizá solo después de algunos días.


Nuestros karmas manejaban nuestros sueños y el deseo de la aleación entre tú y yo se hacían de rogar, llevándonos a nuestra pena inicial. Nos hicimos a un lado pretendiendo mentir, pretendiendo engañar –a los demás-. La multiplicidad de mi rostro, el encalle de tu cuerpo herido, desangró a nuestro animal y desató el reloj de arena de índole vital. ¿Hasta cuando durará esta farsa, que nos repele sin sentido y en dizque amistad?




05/21/09 13:01