noviembre 16, 2010

Cielo sentimental

El cielo es sentimental; cada vez que se enoja se pierde, se vence, se expande. Los vientos huracanados son sólo un aletear de emociones, en antesala a su redención.
Las llamas endógenas, camufladas en una cama de cal, se hacen bolas ardientes, se precipitan con un despertar; lleno de rencor vaticinado.
El fuego, las lenguas y el quejoso dolor se revuelcan sin pudor ni reparos. Son los únicos que tienden a vivir sin temor a su propia muerte. Se baten, caiga quien caiga.
Y es tan sentimental, que odia a su propia Madre. Odia su perfidia, su abandono y su maldita enseñanza; pero justa como deidad. El aire se hace ardor y el humor se atomiza... ¡Oye, tiende a critiquizar! Este se graniza, pierde estabilidad; se cuece y desaparece derritiéndose en el llevar de los ósculos cobrizos.
El manantial que jura su alma, se vio nacer... se vio secar. ¿Puede un hombre ser el dios sin dios, ante la Madre sin sus hijos? ¿Puede la tierra volver a germinar con los rayos maternos? ¿Puede la tierra parir una triste realidad?
La felicidad es un invento triste, ya que siempre se va. Termina, acaba, se funde en una sinapsis cerebral; se disipa siendo solos recuerdos de segundos inamovibles. Es un remolino de chantajes, de piedras, de locura; es un vaivén, es un contar. Es un perro sensible y a la vez, nocivo. Es su naturaleza explotar y hacerse escombros para albergar otros sentimientos natos , curiosos y ansiosos, desembocados, como dijimos, en un afligido renacimiento estéril; pues, a veces, para con extraños, para nada sirve la bondad.

Sus fuertes debilidades son dueñas de tu mala suerte. Te mecen, te arrullan, te cantan en trueno en la primera luz del día y te escupen; pues te pasan la mano por la frente sin una gota de amistad. Te conviertes en un ser despreciado, condenado a no tener ciudad. Por tratar con gente consumida, que te alimenta por darles cuerda al vacío de su necedad.
Nada te devolverá lo que añoras. Nada te hará acreedor de su maternidad. Nada mientras no reveles lo que callas, nada mientras sobreestimes su carnal. Mientras no dejes de girar la ruleta del revólver, jugando a ser papá, en tormenta... ¡Entiende! Estás fuera de estación...

¡De su amor, de su deidad, debes ser merecedor ante cualquier otro rufián!


11/16/10 23:59

octubre 29, 2010

Todos vuelven (3)

Déjate morder, perra, que no... no hay nadie. Todos se han ido y el despecho nos promedia la pena. El calor de tu vientre me abre la puerta e ingreso, frío, con hambre de tibieza. Porque cuando las sábanas esteparias de tu cuerpo ceden, es ahí cuando las dagas pendencieras te atraviesan. Las cúpulas de amor se aligeran y alcanzamos el beneplácito de nuestras quimeras.

Pues, la calle es un lugar que dondequiera que caiga, podría encontrar desde lo más ínfimo hasta la belleza, desde lo más rígido hasta la mayor presteza, desde lo más burdo hasta la selecta conciencia; de esas a la cual, en alguna, tú perteneces. Mas no interesa. Da lo mismo, todos esta noche oirán tu destreza.

Tus mañas, tus compadres y tus ganas azoradas no te salvarán ni en tinieblas. Ya que todas ellas te hundirán en el azul vivo de una candela enardecida, a las oscuras de la bóveda estrellada.

Yo sé que eso te gusta, tanto como a mí, ver el tragaluz desde abajo. Es por eso que yo quemo mis energías para que las transformes en alimento de ratas.

¡Déjate morir, déjate asfixiar, perra! ¡Déjate aplastar por tus sueños! Que seré tu esclavo sólo en suprimir tu acción romántica y verdadera. Mi trabajo es desmentirlo, como el tuyo advertir lo que queda. Nadie aquí es alguien, son sólo sueños absurdos queriendo morder una mariposa ebria.

Ambos buscamos y nunca dejará de ser así. ¿Por qué? Porque yo sé que te gusta... tanto como a mí.



08/14/10 16:50

octubre 25, 2010

Todos vuelven (2)

Era de noche y asentía; aceptando tragos clandestinos de bocas clandestinas. Las miradas de siluetas maquilladas se erguían cuando con la suya se batían. El olor, el sabor, junto con las sensaciones de extrañeza mal paridas, son cremas adustas y rastreras. Sólo basta inclinarse, hacer una seña y clavar la varilla: ¡Hemos llegado a tierras desconocidas!

De nuevo era de noche y asentía; tocando sus vástagos se reía... y que bien lo hacían. Ella humedecía sus labios, cerraba sus ojos y se vencía. El olor, el sabor de las manos amarillas, junto con las sensaciones de extrañeza mal paridas, son índole de sus más profundas alegrías. Sólo basta abrir la puerta, hacer una seña y hacer de la frente, una flor marchita.

Era aún de noche y asentía; vaciando sus fuerzas desde arriba... se derretía. Luego, la luz que entraba desde el diáfano del techo, desde sus ojos, parecía que se mecía. El olor, el sabor, el apacible sopor, junto con las sensaciones de extrañeza mal paridas, son recuerdos repetidos de una mente ufanada. Sólo bastaba cerrar la puerta, hacer una seña y alejarse cuatro días.


06/04/10 07:31

octubre 24, 2010

Todos vuelven

Todos reían. Él era una simple daga envainada, presuntuosa de su filo y de su fervor por la sangre coagulada. Las quijadas se abrían y absorbían los cúmulos de rosa, esas de carácter ajeno; saltaban como moscas y se olían como perros. Acostados y maltrechos, se besaban. ¡Quién habló de santas! ¡Quién habló de ratas! Pues de la epístola que colgaba del cuerpo del delito, emanaba odio, resurgía su venganza. Por la boca espumaba, en las sendas enajenadas.
"Descansa... descansa" le dijo. "Mañana será otro día... ¡Y quizá también te abata!"

Todos dormían. En la habitación, guarida de las sábanas, entre unos y otros, los seres reían. Congestionaban sus glúteos, apresuraban sus vidas; haciendo de la música, un concierto y un cementerio de recuerdos. ¿A quién le importa ya, dentro de los albores del existencialismo, dentro de las ínfulas de sus niñeros, ser padre, madre o hijo de sus remeros?
"Descansa... descansa" le dijo la puta al puto, mientras acomodaba sus delicados cabellos.

Todos morían. Los retazos de pan que se hundían en la laguna, eran desperdicios de la mente en las contracciones de los vientres. Dispersos, huían uno del otro, sepultando lo ya sepultado; temerosos, corrían en sentidos opuestos, en los círculos dionisiacos, pendencieros hasta la muerte.
"Descansa... descansa" le dijo el puto a la puta, mientras acariciaba su gastado cenicero.



05/14/10 17:19

julio 18, 2010

Sin cuenta de años

Supongamos que nuestra vida tiene como límite cincuenta años y si en caso queramos vivir más que esos cincuenta, tengamos que borrar algunos años para poder así dilatar nuestra existencia. Pero esos algunos años no pueden ser cualquiera. Deben ser necesariamente los del principio. Pues entonces, por ejemplo, si queremos vivir cinco años más, tendremos que borrar de nuestra memoria los primero cinco que vivimos.
Si lo hacemos así, sucesivamente, podremos vivir infinitamente.
Puede que justo los últimos años de nuestra vida se ofrezcan dichosos, dignos de prolongar y que justifiquen borrar los primeros por una felicidad inmortal. Entonces...
Perfecto, es un grandioso trato.

Aunque hay un detalle. Para mí lo hay. Los primeros años de mi vida fueron los más felices que he tenido hasta esta parte de mi vida casi media centenaria. ¿En verdad estoy dispuesto a borrar, y en consecuencia, a olvidar todo eso que viví y que pensé siempre tenerlos junto conmigo, a pesar de que ahora tan sólo son gratos y valiosos recuerdos de infancia? ¿En verdad estoy dispuesto a apostar semenjante valor? ¿En verdad estoy dispuesto?
Y...¿Si fallo? ¿Si al final no consigo esa felicidad y me quedo sin esa dicha, sin mis valiosos recuerdos y tan sólo con unos cinco vacíos años que únicamente me darían soledad y tiempo suficiente como para arrepentirme?

Es cierto que la oferta es atractiva, así como la promesa que me han dado. Aceptar el trato tiene un gran peso en la balanza de la decisión final, porque estoy casi seguro que estoy apostando a ganador. Mi felicidad está prácticamente asegurada; los números me apoyan, ya que tengo el mayor porcentaje de acertar en la decisión final del trato. Pero, como bien sé, los números son engañosos, debido a que mientras no se tenga el cien por ciento no se puede absolutamente declarse un ganador y asegurar el pozo prometido; en este caso, la felicidad infinita.

La promesa que tengo...la promesa que me han dado es...Muy Prometedora. Es perfecta. Quizá, mi Muy Prometedora promesa, sea más perfecta que la propia Verdadera razón inicial y raíz de mis primeros cincos años de infancia.

En fin, ese es el precio que debo pagar, ya que todo tiene un precio. Además, estoy acostumbrado a pagar el precio de mis decisiones.
Perfecto, acepto el trato.



10/12/08 --:--

julio 15, 2010

Normas del juego



"Empieza el juego; quien no haya llegado ya,
no juega. Se precisan 1000 puntos. El primer clasificado ganará un carro blindado nuevo. Menuda suerte. Cada día leeremos la clasificación por ese altavoz de allí. Al último clasificado le colgaremos un cartel que dirá "Asno", aquí en la espalda. Nosotros estamos en el equipo de los super malos que gritan sin cesar; quien tenga miedo pierde puntos. Entres casos se pierden todos los puntos: Uno, los que empiezan a llorar; dos, los que quieren ver a su mamá; tres, los que tienen hambre y piden la merienda. ¡Nada de eso! Es muy fácil perder puntos, porque hay hambre. Yo mismo perdí 40 puntos porque no pude aguantar y pedí un panecillo de mermelada de albaricoque y de fresa. Y nada de chucherías porque nosotros no os vamos a dar, nos las comemos todas. Yo ayer comí 20. Me duele la barriga, pero estaban buenas. Os lo aseguro. Perdona que me vaya enseguida, pero estamos jugando al escondite y sino me tocará parar."


09/22/06

junio 14, 2010



¿Y tú?
De: Lucía nombre3@hotmail.com
Para: Héctor nombre1.2@hotmail.com
Enviado el: Lunes, 16 de enero del 2006 03:57:22 p.m.



"Yo no sé. De repente tú apareciste en mis brazos y sentí revolotear mi vientre. Las sensaciones que causaste en mí, no eran típicas de una noche de verano; en las cuales yo me acosté primero, antes que cualquiera de ellos. Aunque, si bien es cierto, al menos me sentí cortejada. En cambio contigo todo fue como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo atrás, pero sin habernos visto en algunos años. Fue como un reencuentro, una cita a tientas de amar, sin el apuro de que se acaben los besos apasionados y mordidos. Pues, en efecto, fue así.

Verte, es tenerte presente, pero a la vez como si no llegaras nunca. Sólo apareces y desapareces. Verte a veces me hace daño y no tenerte, por momentos, me hace feliz. Tenerte ambivalente es una ambición costosa y narcisista de mi parte. Por favor, no me dejes sola con mi majadería. Deja que me sienta protegida por tu languidez y alpiste.

Anoche, cuando llegaste a mi casa, estabas rojo; como enojado. Yo sé que esa mujer, a quien perteneces en el fondo (pero sólo porque tú lo quieres así), finalmente ha llegado a controlarte y eres ahora su títere. Me atrevo a decir que nunca dejarás de serlo (me lo has demostrado). Quizá ese sea tu castigo, el ser siempre su admirador, por más que la tengas o la pierdas; en secreto o confeso.
Apareciste, como siempre de repente y entraste como en tu casa. Te echaste en mi cama y me jalaste hacia ti. Fue la segunda vez (te confieso) que me sentí poseída, usada y manejada en mucho tiempo.
No entiendo como es tan fácil para ti hacerme ser tu mujer, siendo yo la mujer de otro hombre. A veces no puedo contener mi risa o la tuya, mezclada con el asco que siento a ser un ente deleznable para ti.

Yo disfruto las atenciones que me da él (la "persona" aquella con la que estoy hace buen tiempo). Es un hombre compasivo, atento, repito, y muy absorbente. No hay nada que sus buenas intenciones no puedan cubrir y eso me gusta; pero también me gusta él. Aprendí a quererlo y vaya de que forma ahora lo hago. Contigo es diferente porque nunca dejé de hacerme gustar por tu indeferencia.
Tú eres un ser etéreo.

En realidad soy tan romántica como pensé; en realidad soy como tú. Nada nos importó y al iniciar todo esta cosa yo no pude anticipar tus apariciones. Hasta yo misma quería que traspases esa vaya de la normalidad y del existencialismo adverso a mis deseos. Y así fue, al principio. En realidad, ahora, sé que soy como tú. Mientras más voy creciendo, más te voy perdiendo."


".am.c.luc."



01/16/06 02:57

abril 29, 2010

¿La presencia del enemigo?

"...Me llaman el rey de las cantinas,
me llaman así por burlarse
los que no han sufrido una pena de amor.
Me dicen que soy un borracho,
no entienden que hasta el hombre más macho
también ha sufrido y llorado
cuando fue engañado por una mujer..."



Siento su olor y lo podría reconocer hasta en un mar de promesas 'reales y sinceras' a la luz de la noche. Es tanto así, que me provoca la risa más apestosa y rapaz que pueda existir (gracias también a los recuerdos) mezclada con mi trágica ironía y la confusa idea de la desazón. Todo porque ese olor... ese olor fue mi propio olor: El olor que las personas olían.


Fui el enemigo de muchos: El destructor, el estoque y el mortero de la esencia humana. El líbero terrorista más asolapado. Pero a la vez el calor para la reserva más gélida, los centavos de oro para la mano más indigente y el catolicismo para esas masas. El animal guía para la ceguera del alma en pena.

Ahora... ¿Qué es de mí? ¿Será real esta sensanción, o simplemente es mi olfato vagando por mis viejos aromas que, aún presentes por una mística resurrección de emociones, rondan en los recuerdos de distracción?

¿Qué es lo que soy? ¿Será que soy como un perro sabueso, viejo y experimentado, que ha encontrado y que espera sangre como su recompensa por su hallazgo, o simplemente soy como Tomás entre los presentes en la aparición de su Señor?

¿Quién es el enemigo? ¿Yo, tú, ellos... todos? Eso... eso no lo sé y cuando lo sepa iré a prisión.



"Moriré en prisión"





04/07/2007 23:40

abril 10, 2010

MIEDO con palabras

Héctor :: Juan
Los dos en el averno.
Hay una confrontación directa.
- Te lo dije... ¡Eres un imbécil!
-
- Eres un patán. Suscitas espanto.
- Cállate... - ¡Apestas! ¡Ahora baila monstruo! ¡Baila!
- Cállate...
- (Risas)
- (Silencio)
- Se vengará y te destrozará el cráneo.
- No sabes lo que hablas...es incapaz de hacer eso. No lo hará. ¡Porque yo no hice nada malo!
- ¡Mentira! ¿Crees que todo es tan fácil? Tus palabras no sirven. ¡No te creerá! (Risas) ¡La engañaste, se lo ocultaste y eso no lo puedes negar! ¡Mentiste atontado! ¡Mentiste!
- ¡Cállate! Que Tú sabes lo que pienso y hago. ¡No soy como Tú!
- ¡Bahh! No va a entender eso. ¿Quieres llorar? (risas) Que patético eres. Aunque pueda que tengas razón, lamentablemente sólo tú y yo gozamos de la verdad sobre tus actos. Créeme, eres presa mía. Lo hayas o no lo hayas querido.
- ¡A quién no debo creerle es a ti, Diantre altanero y rastrero! ¡Siempre malgastaste mi paciencia y me hacías delirar!
- De nada te sirve gritar...púdrete ahora que puedes. ¡Desaparece! ¡Siempre debiste hacerlo!
- ¡CÁLLATE! No hice nada malo y ni pienso hacerlo ahora. Talvez me pudra, pero no sucumbiré a tus manos, caudillo de malos pensamientos endógenos.
- Eres valiente para no morir. ¿A tan perversa mente de odio hacia ti y te haces el que confía en alguien?
- ¡No finjo! Creo. Confío ciertamente en que no seré traicionado. Es un presentimiento susano. La encontré y... - ¿...Y?
- (Silencio)
- ¡¿...Y?!!
- ¡Y no la perderé!
- ¡Mentira!
- ¡Muérete ya! ¡Estoy hastiado de ti! ¡Tú apestas! ¡Me transmites tu hedor! ¡Aléjate!
- (Risas) ¿Crees que de nuevo soy fácil de vencer? Pues no me iré. No hasta que me dejes.
- ¡Pero si Yo ya te he dejado hace mucho!
- No...no lo has hecho.
- Interrumpes mi respiración...
- ¿Qué?
- Malogras mi buen humor, haces de mí un insano. Haces de las personas ínfulas de propiedad, chocas con mi entendimiento, precipitas la mala suscepción. Me das azotes vanos, aires agudos en mis oídos, ahuyentas mi reamar, llenas de gases mi cabeza, golpeas a mi pertenencia, ensucias mi rostro, embarras mi fachada para alejar buenos y probos deseos de idilio. Abultas mi cuerpo de reptiles, exageras mi boca a critiquizar...
- (Silencio)
- Reemplazas manos tibias en el vientre por golpes secos a mandíbulas. Cambias por matemáticas, flores de buen gesto. Compras dolor por mí, haciendo que reaccione su mutable condición pueril. Alquilas mi cuerpo al menor postor a perfidia limpia. Intentas manchar mi mente con interferencias hormonales. Produces veneno a mi entrada. Guardas con sigilo mis verdaderas intenciones. Ocultas mis frases marciales en defensa a la tierra en la que me veo vivir. Haces de sueños límpidos, derrochadores de sexualidad y belleza, pesadillas de injurias hacia mí y hacia allá. Derivas esos tiernos lares que yo 'adoro' al basural que tiene por montones tu mente. Tergiversas mis ideogramas de convivencia sosegada de la conyugal hasta la filial. Derrumbas mis planes innatos de felicidad...
-
- Escupes después de pasarme la mano por la frente. Asqueas ese pobre y tímido despertar perteneciente a la primera cara del calendario pretérito. Menosprecias todo primer traspaso de sustancias creadas en el fondo de su organismo. Haces añicos los papiros en los cuales fueron escritas las primeras palabras de una gran y fuerte civilización dualista. Desobedeces las leyes fijadas en un bienestar total y compenetrado. Haces caso omiso al abrazo 'amigo' que busca seas parte del clan. Tratas de huir de esa ciudad en la cual las calles son limpias y su gente, de pasos lentos, hacen la prosperidad, incapaces de un mal obrar vaticinado...
- (Silencio)
- Haces de mí una lanza, la cual no traspasará la muralla de un anhelo 'utópico' de himeneo, sino la de una pequeña cardio-bomba de casi diecisiete años de uso. Haces una pócima ponzoñosa de mis deseos prestos a engullir. Transformas racimos de frutas frescas en tomates verdes, en los cuales las enfermedades abundan. Transmites sensaciones de desazón y de males incurables. Corroes buenas voluntades. Perturbas sueños de media noche con príncipes malhechores. Haces de las dueñas de cabelleras de gran largor, presas en la punta de una torre, unos entes repletos de idiocia precipitada. Conviertes sus paladares fabulosos y enamoradizos en insipidez total, buenos para nada...
- ¡No podrás! No po--
- Revientas los oídos ajenos con brutalidad y barbarie. Cortas, como un escalpelo, todo presagio de buena esperanza. Pues, pintas esa esperanza divina en mierda a mil colores. Haces trueque: sangre por furia. Tratas de hacer la broma perfecta de un tipo que se toma las cosas en serio. Haces que no tenga palabras francas para despedirme. Porque un lamento no significa nada para ti. Silvas a mujeres desnudas, de esas que no tienen ni la más mínima idea de defensa. Juegas con mis anhelos...a eso que le llamas inversión. ¡La base de tu felicidad es la mentira!
- Pagarás por esto, Héctor. Lo pagarás...
- Lo siento. El averno puede esperar por mí aún.
- ¡Maldito encabr-!
- Te alimentas de viveza. Ese pez gordo que tienes es el mal, mas no la sutileza. Oh, galimatías. Buscas, astillas. Porque de la persona 'sólo para mí', le haces un rechazo su mea culpa y la haces enloquecer y fracasar...
- ¡Morirás por esto! ¡Te lo juro! ¡Te lo juro! Morirás maldito perro acaramelado...¡Pobre niño acaramelado!
- Cuenta cada centavo, porque de ahí saldrá tu pago... Te eliminaré y volverás a nacer. Luego, si quieres, podrás ser parte mía. Si no es así, te aniquilaré de nuevo. De nuevo. De nuevo... ¡DE NUEVO Y DE NUEVO! Aun así, no caí en tu trampa. ¡Ni lo haré! Aunque me hayas confundido y hecho dudar, no caí. ¡No te pertenezco! Déjame morir en paz...
- ¡Púdrete en tu agonía maltrecho soñador pueril! ¡Aún no pagas! ¡Mas aun así ya perdiste! ¡Ya perdiste!
- Pues esperaré me traiga a la vida.


"¿Muerto tú, muerta la enfermedad?"


10/05/05 02:58

Pobre niño acaramelado

Quiero volver a casa.

Entre esas está la calle:
llueven las camelias,
corren veloces los venados,
gritan las viejas,
Toyota vetusto deprisa hacia mi rostro.
¡Ese me quiere atropellar!

Él no sabe que ya lejos estoy,
y que talvez no me llegue a atropellar.
¿Qué pasó, Juan?
¿Se te cayó el cinturón?
Se fuerte y esconde.
Menosprecia.
Ahuyenta.
Suprime.
Dispara.
Golpea.
Odia.

¿Aún quieres regresar?


07/21/05 |

febrero 27, 2010

FB 630P Relaciones

Entre demás hombres, se esconde el solitario.
Ahora el caminar se torna tan morir que el suelo mismo te medita y se asombra.
Las paredes te rodean y conversan entre ellas, examinando tu pesar y sin llegar a surgir idea alguna.
Sólo la verdad está ahí. Y no más.
¿A quién o a quienes debe pertenecerle? ¿Quién o quienes desean pertenecer?
Sólo la verdad está ahí. Y nada más. No más.
El crucifijo mental, de lejanía ecuménica, reza y suplica flores. Es que hay tanto por hacer que las ganas brotan y se derraman por las puntas de los dedos y recorren el cuerpo maltrecho. Buscan entrar y jamás salir.
Como un día fue y ahora recién viene. Estoy hablando solo....Te extraño. Rayos...

¡Contesta! ¿Por qué siempre se va sin decir bondades? ¡Regresa! ¡Regresa! Regresa...
Todo eres ¿Y nada dices? Todo eres.


- Los demás se enterarán.
- No me importa. Pretendo ser feliz de nuevo.
- Ahora que no soy parte tuya, aún sigo hiriendo tu voluntad. Sigo controlando "Tu control".
- No quiero sangrar y llamar. Prefiero colgar.
- Uhm...
- ¿Ahora te muestras ante mí inmutable?
- (Risas) ¿Por qué lo dices?
- Ay...
- Ouooouuooo....Ouuuooouuuoooo....
-
- Ouooouuooo....Ouuuooouuuoooo....
- (Silencio)

¡Ven!
- De verdad, por favor...Ven...



01/15/06 14:19

febrero 25, 2010

Huancasio

Efímera.

La noche Agustina perpleja por la sonrisa afanada y tranquila del creador. Luego se entrelazó la telaraña, entre vidrios y cristales mal hablados...Se hizo la unión.
Por momentos me extrañaba a mí mismo y a mi profesión actual, pero la atención de la visita fue tremenda y así misma, casi total.
Luego los faroles mal olientes abundaban en la desembocadura de mi cabeza...a causa de las maltrechas situaciones que a veces se originaban.
Felizmente, ya pasó...

Ahora, el cuchicheo con sabor a alcohol me atomiza el humor. ¡Tiendo a critiquizar!

Pero... (Risas)...Huancasio... (Basta)...

Ahora tengo que mantener la calma. CALMA.




04/14/06 19:39

febrero 24, 2010

Los días a través de los años

En corto tiempo nos acostumbramos al dolor de nuestros cuerpos, de nuestros labios, de nuestro seno. ¡Oh, vaya besos los cuales nos dábamos! Eran interminables, dulces y armoniosos… ¡Eran unos manjares!…unos estoicos, inmunes a todo como una madre.
Jugábamos. Nos mirábamos y nos llamábamos a gritos silenciosos, ahogados en un juego de abultados roces, como en una acalorada mesa de póker.


Eras como una ninfa en piel de rosa. Tu rostro parecía dibujado hacia los placeres de las drogas, de esos que ya conoces, y que siempre nos tocan.


Nos estudiábamos y nos gustábamos. Encajamos en los mismos zapatos, teníamos las mismas piedras y sufríamos el mismo peso de nuestros dolores. De esos dolores que no sólo dañaban, si no que pesaban como ninguna otra daga impuesta en las espaldas de nuestras memorias. Era el sufrimiento eterno dado por nuestros gestores. El castigo a nuestra tierna aventura, que poco a poco se amoldaba a los temores.

Por el momento nadie ganaba, nadie perdía. Sólo el dolor se desvanecía.


El rubor, la incandescencia, la timidez y el encanto era nuestra eucaristía; con el rigor de otras parecidas, pero sin cadenas ni costosas homilías.
No sé tú, pero yo nunca antes había gozado de tan afinados besos. En la técnica, sobrepasaba toda carne, y toda madre. Y tú lo sabes. Sin lugar a dudas y a ciencia cierta, nos ilusionamos con esos besos sumos y con las caricias de nuestra adultez.

La estadía comenzó tardía, quizá después de años, o quizá solo después de algunos días.


Nuestros karmas manejaban nuestros sueños y el deseo de la aleación entre tú y yo se hacían de rogar, llevándonos a nuestra pena inicial. Nos hicimos a un lado pretendiendo mentir, pretendiendo engañar –a los demás-. La multiplicidad de mi rostro, el encalle de tu cuerpo herido, desangró a nuestro animal y desató el reloj de arena de índole vital. ¿Hasta cuando durará esta farsa, que nos repele sin sentido y en dizque amistad?




05/21/09 13:01