Efímera.
La noche Agustina perpleja por la sonrisa afanada y tranquila del creador. Luego se entrelazó la telaraña, entre vidrios y cristales mal hablados...Se hizo la unión.
Por momentos me extrañaba a mí mismo y a mi profesión actual, pero la atención de la visita fue tremenda y así misma, casi total.
Luego los faroles mal olientes abundaban en la desembocadura de mi cabeza...a causa de las maltrechas situaciones que a veces se originaban.
Felizmente, ya pasó...
Ahora, el cuchicheo con sabor a alcohol me atomiza el humor. ¡Tiendo a critiquizar!
Pero... (Risas)...Huancasio... (Basta)...
Ahora tengo que mantener la calma. CALMA.
04/14/06 19:39
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