noviembre 21, 2011

Efímera conjunción de luces

Suele ser fácil desatar las cortinas y hacer las luces efímeras, de nacimiento. Ahora me encuentro en una silla armoniosa en su vaivén, sin saber a dónde ir; y me mece como un hijo adjetivado entre vilipendios y decepciones. Se me duplican los recuerdos ante la no venerada sensación de cobardía; sin saber qué hacer. ¡Mas que difícil es aletear, cuando se sabe que con un simple bostezo en el pecho se puede la vida quitar!

Desde la orfandad de las entrañas maternas, me encuentro de nuevo dentro de construcciones delirantes, hechizas y catatónicas. Tiendo a critiquizar, como siempre, y el estupor que gotea de mi cuerpo, se hace humo, congelándose luego en el vacío de tres paredes. Escarchada mi mente, pienso en incinerarla con cortinas y luces. ¿Quién quiere jugar al tiro al blanco? Pero sé que pasó el tiempo y el alimento se hizo un odio, un nudillo áspero de tragar por sus púas melindrosas. Las preguntas histéricas se reforzaron de antipatía y más distracción. Simplemente me desnutren más y más. ¡Malditas sean las cucarachas libertinas, que con sus antenas, me hacen cosquillas!

Tendencias ambivalentes seducen mi mente para voluntades asesinas. ¡Lo sé! ¡Lo sé muy bien! Y me pregunto de nuevo… ahora desde el otro lado…


"No sé qué sembrar…si algo para comer, o algo para vender"

06/16/10 15:45

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