Como es de costumbre, siempre un rato lo vengo a visitar y a ver como andan las cosas. Es bueno siempre estar informado.
Supe que hace poco había salido de los puentes para trasladarse a un alquiler en la parte sur de la ciudad y que le iba bien. Las cosas habían mejorado notoriamente.
Tenía todos los servicios, agua, luz, teléfono y esas cosas para sentirse conectado con la cotidianeidad. No tenía trabajo fijo aún pero se las ingeniaba para cubrir todos aquellos gastos que exige una vida moderna y agitada.
Todas estas pequeñas cosas le daban una sensación de urbanismo y de un re-ingreso a la ciudad que había dejado hace mucho ya. Era una vida normal y el exceso de confianza empezaba a tomar las riendas del acelerador. Y bien así, a 100 por hora, como se dice, se mofa de los gajes que encuentra en el camino, prestando atención solo al trecho que tiene en frente. Esto es atípico en él, ya que suele ser pulido en sus detalles.
Entre parada y parada, entre 'tanqueada y tanqueada', Héctor se detiene en la Perpetua Torre Moscada atraído por un olor casero y agradable que lo lleva a la punta misma de aquella Torre. Nunca había estado ahí ni en lugar parecido. Su curiosidad por conocer la Torre lo podía llevar al desvío o peor aun, al abismo. Creo que estaba drogado porque ni cuenta se dio el pobre del kilometraje: Eso era una pirueta mortal y podía morir en el intento.
Desenvuelto al fin del resto a gran velocidad y con la melosa de la manzana encima, hace y deshace para poder subsistir. La causa no era el motivo que lo hacía andar y era por eso que se estaba confiando demasiado. Me acuerdo haberle advertido en su momento: "Estás demasiado confiado y eso es demasiado ridículo". Él tuvo la culpa, ¡Yo le advertí! Él era el que pensaba estupideces y confiaba en la gente solo porque si, cuando se supone que tú, sabiendo to--
- No es solo porque si. Tengo mis razones.
- ¡¿Cuales razones?! Te fías de la belleza de una palabra. La palabra es la cosa más sencilla de manejar y eso bien--
- Cállate. Tampoco soy idiota, y eso también tú lo sabes. Soy precavido, si, pero aquí no hay ninguna mala intención.
- Eso es lo que tú crees...sigue así y caerás cada vez desde más lejos. Conste que yo te lo advertí. ¡Aquí no se toleran esas cosas!
- ¡¿Aquí Dónde?!! El lugar donde tú estas no es el mismo que el mío ¡No te confundas!
- Como fuere...lo único que me interesa es tu bienestar mental. No te jodas. Ven, te invito un trago ¿Qué dices?
- Vale.
"Hay que mantener constantes las variables"
03/30/09 02:17
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