Aquí no se aplica la mayoría de dichos.
Aquí todo es más tranquilo. No se conoce lo que es la presión de tratar de buscarle las orejillas al lobo.
Ni si quiera los cambios de humor me afectan. Ya que aquí solo está el mío.
Aquí no existen móviles ni las vibraciones de estos. Las únicas melodías son las de mi voz.
No se necesita mantener los ojos abiertos. Aquí el hombre ciego vale más que el hombre mudo.
Aquí no hay ni flores ni matemáticas. Estoy fuera de la escuela y de las labores.
Si se desea odiar, hazlo. Puedes hacerlo. Se tiene todo el tiempo para hacerlo. (aunque, por cierto, no es mi estilo).
Y sobre todo, aquí drogarse es legal.
Mientras lo hago, medito. Y lo hago muy tranquilo.
Cuando pienso en ello, lo hago despacio. Sin prisa. Analizando cada una de todas las posibilidades.
Sé que he dejado el otro lado de la moneda "olvidado" allá haciendo mis labores por mí y que el recuerdo de mis ojos mancillados me ha obligado a retirarme. Oye, esto no es fácil. Todo tiene un precio. Y vaya que me costó carísimo estar aquí.
Extraño sentir esas cosas punteagudas y rocosas.
En fin. Disfrutaré de mi feriado de este santo ateo. En verdad el miedo es muy emocionante.
"De mente Re cuerdo"
04/21/09 23:45
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