abril 05, 2009

Potro de rabia y miel

Potro de rabia y miel
Así es como a nosotros nos suelen reconocer
Tanto como siempre ganar o siempre perder
Uno de rabia y otro de miel.

Cuando el frenesí llegó a ceder
Las manecillas de mi cuerpo marcaron las seis
¡Oh! ¡No puede ser! ¡No sé porqué!
Por que la rabia cosió mi piel.
¿Y la miel? ¿En qué momento participa aquél doncel?
No lo sé…No sé porqué.
La miel es dulce, un jarabe…
Para el alma que lleva una pena grave.
¡Viértelo ahora en tu cuerpo para que ahora nos marque las diez y diez!
Eso intenté hacer
Pero la rabia me hizo ver que quizás no veía lo que debía ver.
¿Puedes retroceder?
Eso menos podría saber.

Ahora mi cuerpo está montado en el potro de rabia y miel.
Sin saber que hacer…sin saber que ver.
La luz se difumina en los ojos tiesos de los ratos solemnes.

¡Deja que el potro se mortifique!
¡Y que se sienta como en un alambique!

¿Cómo que en un alambique?
¡Que la rabia sea el alcohol y la miel las flores permisibles!
Un producto peligroso...pero interesante.

La rabia.
La miel.
Dos enemigos con la conciencia al revés.
Dos posiciones intercambiadas a saber.
Dos miradas que se contradicen por interés.
¡Quisiera que el potro se muera de neumonía de una vez!

“Ante neumonías inciertas, más vale respirar despacio”


04/03/09 19:13

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